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lunes, 8 de julio de 2013

RELIGIÓN Y MASONERÍA



RELIGIÓN Y MASONERÍA

Estudiemos a profundidad el origen de ambas filosofías, a la

masonería y a la religión y veamos el origen de su divergencia; la
finalidad de las dos poderosas tendencias del pensamiento que tan
enconadamente antagónicas se muestran una a la otra. Sin embargo, no
podremos reconciliarlas, porque si bien ambas están destinadas a
promover la emancipación del alma alimentada por uno de los métodos
serán muy distintos de las cualidades del alma nutrida en una otra
escuela. Por lo tanto, la lucha ha de proseguir hasta que halla sido
perdida o ganada la batalla por la conquista de las almas de los
hombres. Sin embargo, el resultado de la batalla no significará la
persistencia de la religión o de la masonería, sino que determinará la
índole de las enseñanzas que la humanidad ha de recibir en este nuevo
milenio que comienza. Hoy vemos un enfrentamiento abierto, una guerra
concreta entre la visión muy al estilo norteamericano “masónico” de
alta tecnología y la visión islámica “religiosa” donde aun predominan
la viejas formas, el enfrenamiento es una guerra donde mueren
personas reales, y donde ambos pueden argumentar intereses muy
legítimos, claro bajo su propia perspectiva.
La historia Bíblica donde Caín, guiado por divina ambición, cultivaba
el suelo maldecido y no prodigioso como en el Edén, Abel, la progenie
humana de padres humanos, no experimentaba inquietud ni excitación
alguna, pues era una criatura de Jehová por mediación de Adán yEva, y
se contentaba con apacentar los rebaños, también creados por Dios, y
de ellos mantenerse y multiplicarlos sin trabajo ni iniciativa por su
parte.

Esta dócil actitud placía sumamente al Dios Jehová,| que era en
extremo celoso de sus prerrogativas como Creador. Así es que aceptaba
cordialmente las ofrendas de Abel, obtenidas sin esfuerzo ni
iniciativa, y desdeñaba las ofrendas de Caín, porque procedían de su
propio instinto creador, semejante al de Jehová. Entonces Caín mató a
Abel; más no por ello exterminó a las dóciles criaturas de Jehová,
porque dice el texto bíblico que Adán conoció a Eva, que parió a Seth,
el cual tenía las mismas características de Abel y las trasmitió a sus
descendientes, quienes hasta el día de hoy continúan esperándolo todo
del Señor y viven por la fe y no por las obras

Por ardua y enérgica aplicación al trabajo del mundo, los hijos de
Caín habían adquirido mundanal sabiduría y temporal poder. Habían sido
próceres de la industria y maestros en el arte de gobernar, mientras
que los hijos de Seth, tomando al Señor por guía, llegaron a ser
conducto o canal de la sabiduría divina y constituyeron el sacerdocio.

La animosidad entre Caín y Abel se ha perpetuado de generación en
generación entre sus respectivos descendientes. No podía ser de otro
modo, porque los hijos de Caín, como gobernantes temporales, aspiraban
a realizar a realizar a la humanidad el bienestar físico por medio de
la conquista del mundo material, mientras que los sacerdotes, en su
papel de guías espirituales, excitaban a las gentes al abandono del
malvado mundo, del valle de lágrimas y buscar consuelo en Dios

Los hijos de Caín aspiran a formar operarios hábiles en el manejo de
las herramientas con que puedan obtener sustento de la tierra de
maldita por su divino adversario Jehová

Los hijos de Seth producen clérigos, religiosos, hábiles en el uso de
la lengua para invocaciones, y con el uso de la lengua obtienen de los
trabajadores el sustento, y por ellos ruegan aquí en la tierra y
después en el cielo

Respecto al porvenir que aguardan a los hijos de Caín y sus adictos,
es también elocuentísima la leyenda del templo. Dice, que de Caín
descendieron Methusael, inventor de la escritura; Tubal-Caín, hábil
artífice en metales; y Jubal, inventor de la música. Así tenemos que
los hijos de Caín fueron los inventores de las artes e industrias. Por
lo tanto, cuando Jehová escogió a Salomón, vástago de la raza de Seth,
para que edificase una casa en su honor, la sublime espiritualidad de
una dilatada estirpe de descendientes divinamente guiados, floreció en
el proyecto del magnifico templo llamado Templo de Salomón, aunque
Salomón sólo fue instrumento para llevar a cabo el divino plan
revelado por Jehová a David. Pero Salomón era incapaz de dar forma
concreta y material al proyecto, y así necesitó el auxilio de Hiram,
rey de Tiro y descendiente de Caín, quien escogió a Hiram Abiff, el
hijo de la viuda -según se llaman todos los francmasones a causa de la
relación de su divino progenitor con Eva, por jefe de los operarios,
pues en él se compendiaban y florecían las artes e industrias de
cuanto hijos de Caín le habían precedido. Aventajaba a todos en
habilidad de obra mundana, sin la cual el plan de Jehová hubiera sido
siempre un divino sueño sin jamás concretarse en realidad. El mundano
ingenio de los hijos de Caín era tan necesario para la construcción de
este templo como el espiritual proyecto de los hijos de Seth; y por lo
tanto, durante el período de construcción, ambos linajes mancomunaron
sus fuerzas, encubriendo bajo superficial capa de amistad su íntima
hostilidad

Fue el primer intento de unión entre ellos, y si se hubiese realizado,
de cierto cambiara desde entonces de muy material manera la historia
del mundo

Los hijos de Caín, como descendientes del ígneo Lucifer, eran muy
diestros en el uso del fuego, y por medio de este elemento
convirtieron en altares, vasos sagrados y jofainas los metales
atesorados por Salomón y sus antecesores. Bajo la dirección de Hiram
Abiff se construyeron columnas y los arcos sobre ellas. El grandioso
edificio estaba ya casi terminado, cuando dispuso que se fundiera el
mar de bronce, que había de ser el coronamiento y obra maestra de su
labor. En la construcción de esta magna obra se manifestó la traición
de los hijos de Seth y frustró el divino plan de reconciliación.
Trataron de apagar el fuego empleado por Irma, con su natural arma el
agua, y por poco lo consiguen
Los incidentes que provocaron esta catástrofe, su significado y
consecuencias. Según la leyenda masónica, la reina de Saba solicitó
entonces de Hiram

Abiff que le mostrara los operarios del templo. El gran Maestre golpeó
con su martillo una roca cercana de modo que brotaron chispas, y al
signo del fuego unido a la palabra de poder, los operarios del templo
se agruparon en torno de su Maestro en innumerable multitud, todos
dispuestos y anhelosos de obedecer sus órdenes. Tan profundamente
impresionó a la reina de Saba aquel espectáculo detonador del
maravilloso poder de aquel hombre que determinó desdeñar a Salomón y
ganar el corazón de Hiram Abiff

Esto significa que cuando la humanidad echa de ver la impotencia de
los clérigos o hijos de Seth, que todo lo esperan del favor divino, y
se da cuenta de la pujanza y poderío de los gobernantes temporales, se
inclina hacia éstos y deja lo espiritual por lo material. Hoy en día
podemos decir que aún no se decide la última batalla entre los hijos
de Seth y los hijos de Caín

Vicente Alcoseri.

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